Especialista del Sesma advierte sobre las consecuencias irreversibles que puede tener esta situación, debido a que las células filiales de la audición se mueren sin capacidad de regenerarse.
El jefe del subdepartamento de Salud en el Trabajo, del Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente (Sesma), Yuri Carvajal, indicó que el daño auditivo provocado por el ruido es la principal causa de enfermedad profesional, tanto en Chile como en el mundo.
Dentro de las áreas más ruidosas destaca el sector industrial, sin embargo existen otros rubros, como el de la odontología o la construcción, que tienen momentos de alta contaminación acústica, ocasionados por los instrumentos utilizados para la realización del trabajo.
En nuestro país no existe legislación laboral que regule el ruido y sus efectos psicológicos, por lo tanto los entornos laborales se rigen por la norma que vela por el daño auditivo. En este sentido, la norma laboral existente fija un límite de 85 decibeles durante ocho horas. “Se llega a ese nivel cuando, por ejemplo, el sonido interfiere con el entendimiento de la palabra hablada. En Chile esta situación se repite frecuentemente, puesto que no hay una cultura de preservar el silencio”, comenta Carvajal.
El especialista enfatiza que la norma “no establece que se deba tener menos de 85 decibeles, sino que sobre ese nivel el trabajador debe usar un protector auditivo; en caso contrario, la empresa se arriesga ser multada con hasta 999 UTM ( 28 millones de pesos aproximadamente).
Carvajal agrega que lo óptimo es que en el trabajo no se superen los 65 decibeles, lo que equivaldría al ruido causado por una conversación fuerte”.
No obstante, una investigación del Sesma, que registró el ruido en 35 puestos de trabajo, demostró que, en promedio, esos lugares superaban los 88 decibeles, estando sólo un 30% bajo la norma.
En tal sentido, la mayor cantidad de denuncias que llegan al Sesma es por ruido. Entre 198 y mayo del 2001, el servicio ha recibido 2366 denuncias por este motivo, destacando que más de los 650 reclamos del año pasado, más de la mitad corresponden al incumplimiento de la norma de fábricas y talleres.
Para revertir esta situación, el facultativo plantea disminuir la capacidad de ruido en la fuente o tomar medidas para evitar la exposición prolongada a él, dentro de las cuáles propone, por ejemplo, el reemplazo de maquinaria pesada.
Fuente: La Tercera